Forjador de Reyes: Y vivieron felices y comieron perdices…

Después de tres años de partidas, hemos conseguido terminar la campaña de Kingmaker, una de las adventure paths más emblemáticas de Pathfinder, y que poco después de adquirirla fue traducido por devir y publicada en 6 partes en su línea Forjador de Reyes

A pesar de las muchas partidas de D&D y Pathfinder que tenía a mis espaldas, era la primera adventure path que dirigía. La elegí porque me atrajo la parte de gestión del reino, y las posibilidades que eso añadía a la campaña incluyendo la tentación de meter la mano en la caja.

Las Adventure Paths de Pathfinder consisten en campañas largas desde nivel 1 hasta el 16, publicadas en 6 tomos de unas 100 páginas, de las cuales corresponden 50-60 a lo que es el módulo y el resto suele ser ambientación y relleno inútil. Esta en concreto es bastante atípica por tener un estilo de sandbox, lo que permite un mayor grado de libertad y decisiones de lo que suele ser habitual en este tipo de campañas. Además incluye un fase de gestion del reino que se asemeja mucho a un juego de mesa de recursos, que gusto bastante, y más adelante un sistema de batallas con ejércitos.

Al poco de fundar el reino, los Pjs decidieron aliarse con los kobolds en vez de aplastarles. Una decisión que ha estado presente en numerosos gags cómicos, y que, varios años después, les salvó el reino (aunque aun nadie se explica cómo)

En estos tres años ha habido un núcleo de 3 jugadores que la han jugado desde el principio, al que se han unido y desunido varios jugadores más, siempre habiendo 4 o 5 jugadores en mesa.

La campaña ha sido divertida con muchos momentos hilarantes, otros épicos, otros inolvidables. Pero al final se me ha hecho larga y he tenido que hacer parones de meses para despejarme. Además, con el tiempo se me ha ido haciendo más evidente los fallos del sistema de reglas de Pathfinder: combates cada vez más largos, y que a niveles altos están muy decantados desde el principio a un bando (los jugadores o machacaban o tenían que huir casi desde el principio), encuentros que no aportan nada a la trama o a la historia, muy pocas opciones para recurrir a la diplomacia en lugar de a la violencia.

Como balance final diría que es muy recomendable jugarla o dirigirla, aunque yo personalmente voy a dejar de dirigir Pathfinder y D&D, al menos en una buena temporada. Voy a montar partidas del sistema Hitos y de Savage Worlds. La proxima sera 50 Brazas, una campaña larga tipo sandbox con gestión de un reino barco, con su comercio y posible pirateo.

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